¿Cómo se forman?
Los agujeros negros nacen de la muerte de una “gigante roja”, una estrella de gran masa. Cuando una estrella de este tipo llega al final de su vida, su fuerza gravitatoria comienza a ejercer fuerza sobre sí misma creando una masa concentrada en un pequeño volumen y se convierte en lo que se denomina una “enana blanca”. A partir de entonces, la estrella puede colapsarse por su propia atracción gravitatoria y pasa a ser un agujero negro.
Este proceso acaba por reunir una fuerza de atracción tan fuerte que atrapa hasta la luz en éste. El agujero negro es tan potente que atrapa todo lo que tiene a su alrededor, incluidos otros agujeros negros, para crecer.
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